La tercera exposición de arte de la que os voy a hablar es de Mou Huan, la cual ha estado disponible para su visita en el IVAM hasta inicios de este mes de diciembre. No es la primera vez que expone su trabajo en este lugar, pues ya lo hizo anteriormente en 2007 junto con otros 15 artistas chinos. Sin embargo, en esta ocasión Mou Huan exhibe de manera individual sus pinturas realizadas en los últimos años en las que muestra la pérdida de la personalidad del ser humano, quien se ha convertido en "hombre masa" en medio de una sociedad dominada por el consumo y azotada por guerras, ataques terroristas y catástrofes naturales.
El eje alrededor del cual gira la obra de Mou Huan es la persona, el ser humano. Plasma en sus cuadros una serie de personajes sin rostro que representan el aislamiento, la soledad y la fragilidad humana, según comenta el propio pintor. Para ello, utiliza técnicas y temáticas diversas ya que se mueve desde la figuración a la abstracción y toma fuentes de inspiración muy diferentes.
Y es que para este artista, sus últimos trabajos suponen una continuidad con su obra anterior, también centrada en el hombre, pero con la diferencia de que ahora busca nuevas formas de expresión.
En cuanto a su técnica, sus cuadros se caracterizan por unos penetrantes colores orientales y por la reducción de los trazos redundantes para que la obra sea más plana, dejando así al espectador un mayor margen para la imaginación. Con esto consigue que la experiencia visual cobre un nuevo sentido.
Además, en sus cuadros vemos figuras sin rostros y expresiones que parecen que no sean criaturas del todo humanas. Sin embargo, el dominio de los gestos dinámicos de estos personajes hace que la expresividad en sus obras sea verdaderamente asombrosa. Por lo tanto a pesar de que parezcan obras de composición simple consiguen atrapar al espectador sin la necesidad de utilizar técnicas más llamativas o contrastadas.
Por otro lado, acerca de la forma en la que estaban expuestas sus obras señalar que los cuadros estaban pegados a la pared y sin marco, lo que hace que el espacio pictórico del cuadro se mezcle más fácilmente con el espacio real del espectador. Además, personalmente, opino que si a este tipo de cuadros les colocas un marco perderían todo su encanto, pues le restarían vitalidad y dinamismo. En el centro de la sala, la cual tenía un tamaño un poco reducido, se encontraba un un elemento vertical en forma de U que separaba la sala en diferentes partes y en el cual se encontraban expuestos tres cuadros de mayor formato en los que aparecían representados algunos de estos accidentes y desastres naturales de los que hemos hablado en párrafos anteriores.
Finalmente y para concluir, me ha parecido una exposición muy llamativa pues al principio de la entrada a la sala pensaba que el tipo de cuadros que estaba viendo no me aportaban demasiado pero una vez que te pones a observarlos más detenidamente te das cuenta de que realmente te encuentras ante cuadros que, utilizando los mínimos trazos y colores, consiguen ser verdaderamente dinámicos y expresivos.
Me ha parecido una entrada muy trabajada. ¡Muy bien, Liv!
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